Presente, Pasado y Futuro, están todos aquí y ahora
Si quieres conocer tu vida pasada, observa tu condición actual; Si quieres conocer tu vida futura, mira tus acciones actuales. — Padmasambhava
Hace poco leí un libro muy interesante, se llama Hiperespacio. Es un libro de ciencia. Debo decir que no leo muchos libros de este tipo, pero en particular el funcionamiento del universo y su funcionamiento me llaman mucho la atención.
Me fascina la idea de que los elementos que nos componen, son también los que le dan forma a todo el universo. Me fascina, porque fomenta mi creencia de que todos estamos interconectados a niveles más profundos de lo que imaginamos.
Pero no es eso lo que te quería decir… te quiero contar que en uno de los capítulos leí algo que me intrigó mucho.
En él, el autor confiesa que para los científicos no hay separación entre pasado, presente y futuro… para ellos existe todo, al mismo tiempo.
Muy místico, ¿no te parece? A mi me lo pareció.
Luego comencé a conectar esto con alguno de los temas espirituales y de evolución personal y recordé esta frase, la que puse más arriba.
Es el mismo principio, ¿no te parece? Nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro están conectados, se influyen mutuamente, todo el tiempo.
En múltiples filosofías y corrientes espirituales, esto es una verdad inapelable: tu situación actual está determinada por tus acciones, tus palabras y pensamientos del pasado.
“Las circunstancias que vivimos son simplemente manifestaciones externas del contenido de nuestra habladuría interna” explican en el taoísmo.
Y eso es real, tus pensamientos impulsan a tus palabras y a tus acciones. Si vivimos molestos, inventado discusiones y conflictos en nuestra mente, es sólo cuestión de tiempo para que esos pensamientos se transformen en palabras y después en acciones y de todo eso hay consecuencias.
Consecuencias externas e internas tangibles, como más rabia, más insatisfacción e infelicidad. No hay forma de que escapemos de las consecuencias de nuestras acciones y decisiones.
Pero el futuro también está acá, ahora . Lo podemos ver cuando nuestra mente se escapa y se siente ansiosa por lo que va a suceder, por ejemplo: si en una semana tenemos que dar una importante presentación, en este mismo minuto somos capaces de recrear la ansiedad, los nervios e incluso el miedo que vamos a experimentar ese día.
No sólo el pasado determina nuestras situación actual, también el futuro lo hace. Y así vivimos nuestra vida, , ¿no te parece?
Entre el pasado y el futuro y con destellos luminosos del presente cuando somos capaces de presenciarlo, intermitentemente, en todo su esplendor.
Pero en mi opinión, lo que nos corresponde hacer a nosotros es enfocarnos en lo que podemos hacer. No podemos escapar del pasado, no podemos llegar más rápido al futuro.
Lo que nos corresponde es ocuparnos del aquí, del ahora, de la tarea que tenemos en frente y de tomar las decisiones que sean positivas para nosotros y para el mundo.
Aceptamos la consecuencia de lo que hicimos y con nuestras acciones construimos el futuro que queremos ver.
Lejos de sentirme a merced e indefenso ante la compleja red de acciones y consecuencias de causa y efecto, me siento empoderado y responsable: Se que soy responsable de todo lo que me pasa y soy responsable de todo lo que me vaya a suceder. Lejos de sentir que tengo nula influencia, se que mis acciones le dan forma a cada instante a mi situación futura.
El esfuerzo y la capacidad que tengo para tomar decisiones buenas para mi y para el mundo, es lo que me corresponde.
Y ese es el mensaje que te quiero dar hoy… enfócate en lo que te corresponde, en la tarea que te ocupa ahora. No logramos nada lamentándonos por lo que nos tocó vivir. Y al mismo tiempo dejamos que el futuro tome forma (porque aunque realmente queramos creerlo, lo que nos vaya a suceder en el futuro es una tarea imposible de predecir. Nuestra tarea es influenciarlo).
Y para mi, esfuerzo significa hacer las cosas lo mejor que puedo, significa hacer la tarea que me toca, tan bien como me sea posible, redactar este escrito lo mejor que puedo -por ejemplo-, perseverar en mi práctica de meditar todas las mañanas y continuar conociéndome:
Como funciono, lo que realmente me apasiona, descubrir mi propósito con paciencia (por eso comencé esta iniciativa) y leer todo aquello que me ayude a comprender el mundo tal como es, para despertar.
Y tú, ¿cuál es tu tarea hoy? ¿Ya decidiste hacerte responsable por lo que te toca hoy en lugar de dejarte arrastrar por lo que te sucedió o lo que te habrá de suceder?